Urbina 65 surge como respuesta a las reflexiones tomadas a partir de la pandemia del 2020, enfocándose en el impacto físico y psicológico y la calidad espacial de los lugares que habitamos.
El proyecto cuenta con ocho estudios para renta temporal, se ubica en Mazatlán, Sinaloa a 2.8 km del mar, el cual busca dignificar el espacio mínimo para habitar a partir de módulos sistematizados. La materialidad de block pigmentado se inspira en la arquitectura local, que en su mayoría se ha hecho a partir de la autoconstrucción, se incorporan elementos tradicionales como las herrerías y rejillas de las viviendas continuas. El proyecto introduce patios internos como pausas que proporcionan luz natural y respiro entre los módulos. Grandes ventanales en la fachada norte abren el espacio al paisaje del barrio, fomentando una conexión con el entorno y trabajando en armonía con la vegetación de los espacios comunes, mejorando los recorridos y generando una atmósfera de calma durante las estancias de sus visitantes.